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Ser persona – Antonio Calvo Orcal

Re-cordando a un ser amado

A treinta metros, en una caja homologada para evitar el contagio, bulle la vida para volver al polvo lo que queda de una de las personas con las que más me he querido. A treinta metros, vuelve el polvo al polvo.

¿Es ése el final del hombre? ¿Quedar vivo en el recuerdo de quien le recuerda y muerto en realidad para siempre?

Aquí hemos insistido en que la persona es un misterio, una realidad espiritual, que sabe que existe y que se realiza amando. Hemos recordado que una realidad espiritual es aquella en la que se da un salto de fase en la animalidad. El salto consiste en la emergencia de una realidad nueva capaz de amor y de palabra. Co-creadora. Con la persona, la creación comienza a participar conscientemente, creativamente, en la creación de su propia realidad y de la entera realidad de la que ha emergido.

Las cosas de la naturaleza y las que nosotros vamos construyendo en ella, cumpliendo sus posibilidades, no deben despistarnos. Ni siquiera el cuerpo, que ha sido nuestra manera de ser mortal, ha sido nuestro ser pleno. La realidad personal siempre es encarnada, pero hunde sus raíces en el misterio eterno. Sin figura no hay presencia, pero presencia y figura apuntan a un misterio que las envuelve y que se nos escapa.

En la corporeidad se ha manifestado una realidad inasible, tan poderosa, tan consistente, tan insistente, que ha llegado a persuadirnos con sus obras de que vale la pena creer en ella. Sólo el amor es creador. Si mi hermano Manolo y todos los que hemos sido convocados a la existencia podemos tener buenas razones para esperar en una vida infinita real y plena, es porque el amor no sólo es una realidad humana creadora, sino porque es El Creador en nosotros.

Una persona es un co-creador, un ser para la vida infinita y plena, porque el amor existe y ésa es su palabra. Existimos porque somos amados por el Amor Personal y Creador. Todos y todo. Nada, ni Nadie, existe, ni ha existido nunca, por sí mismo. Manolo existe, y se va adentrando hoy sin los velos de la corporeidad en esa realidad misteriosa del Ser porque la verdad de esa realidad es el amor. Porque el Amor es la Realidad Creadora Personal podemos comportarnos aquí con esperanza, a pesar de los horrores y de la muerte.

Nadie sabe la consistencia de nuestra realidad al otro lado de la muerte. Pero, es razonable confiar en la realidad y en la plenitud de esa existencia. Morir es traspasar el umbral de los miedos, poder soltar el peso de la mortalidad para poder amar siendo conscientes, al fin, de ser hijos para siempre.

El amor es la única prueba del sentido. La única realidad en quien se puede confiar. No lo creamos, nos crea infinitamente. La persona existe y se crea por el amor. Ser persona es amar.

Samper de Calanda, a 2 de febrero del 2021

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