Personalismo teológico. Brunner, Wojtyla, von Balthasar

Persona, nº 22

Emmanuel Buch, Pilar Ferrer, Ildefonso Murillo
12,00 €
Descripción

Emmanuel Buch, Pilar Ferrer, Ildefonso Murillo

  • Colección Persona, nº 22, 2007
  • ISBN: 978-84-96611-09-2
  • Páginas: 178

El concepto de persona nació y tuvo su primer desarrollo en un contexto de reflexión teológica. También hoy, el diálogo entre teología y filosofía sigue iluminando el pensamiento personalista y comunitario. Prueba de ello son los tres autores que agavillamos en esta obra, pensadores del siglo XX que, entre otras, coinciden en que llevan a cabo sus aportaciones al personalismo desde la teología o en diálogo con la teología.

En el caso de Emil Brunner, su estudio sobre el hombre desembocó en la pregunta por la verdad, llegando a la conclusión, frente al objetivismo de la verdad como adecuación, de que la verdad nos sale al encuentro. De esta manera, al igual que Wojtyla, pretende superar las posturas objetivistas y subjetivistas y la contraposición sujeto-objeto, pues impiden pensar a la persona. Desde nuevos fundamentos, de índole personalista, llegará a la conclusión de que el ser de la persona no radica en su ser pensante sino en su poder responder a la llamada del Tú, en su responsabilidad. Y esta respuesta siempre es histórica y personal. La verdad sobre la persona sólo se comprende en el contexto del encuentro Yo-Tú o del Tú-Yo, es decir, del encuentro con un Dios personal.

Para Karol Wojtyla, son los actos los que desvelan a la persona y la llevan a su autorrealización, porque es la acción donde realiza su libertad y el camino para entender la persona. Este será el núcleo de su pensamiento, básicamente antropológico y ético. Según Wojtyla, el hombre y la moralidad pueden ser conocidos a través de la experiencia. De este modo, filosóficamente, sus esfuerzos se encaminaron a expresar lo que es la persona humana, mostrando sus dimensiones espirituales; y ello porque está interesado en fundamentar la ética, especialmente en un mundo dominado por el relativismo cultural. Indisolublemente unido a lo anterior, su pensamiento supone un esfuerzo por unir las grandes cuestiones de la fe con la experiencia diaria del hombre de hoy.

En tercer lugar, el acercamiento a Hans Urs Von Baltasar desde la perspectiva personalista nos revela una propuesta de personalismo teológico que comprende profundas reflexiones sobre la existencia humana. Para el teólogo von Baltasar, la preocupación por el presente y el futuro del hombre, por mostrarle un sentido y el camino hacia su plenitud, alienta en todos los miles de páginas que escribió. No se trata de una reflexión sobre el hombre en general, sino acerca del hombre concreto.

Pero el centro de su personalismo teológico es la persona de Cristo, irradiación del amor personal de Dios. Su reflexión aprovecha las aportaciones de la cultura occidental, en toda su riqueza, al servicio de sus objetivos. Presupuesto de su personalismo teológico no es una filosofía cosmocéntrica ni antropocéntrica sino una filosofía centrada en el ser, que posibilita una apertura a los otros y al Otro, y una revelación del Otro.