Reflexiones desde un punto de vista personalista comunitario.

Ya está llamando a la puerta el transhumano, viene con capacidades intelectuales mucho más altas, más memoria e inteligencia, más resistencia a las enfermedades y al envejecimiento, y con un vigor ilimitado sin sentirse cansado, harto o irritado; controlará sus deseos, estados mentales y emociones, tendrá una capacidad más grande para el placer, el amor, la belleza, y la serenidad de mente, estados que el cerebro actual no puede sospechar, como el diseñarse a sí mismo y al propio mundo de un modo radicalmente nuevo y diferente. Su slogan, living longer, healthier, smarter and happier: la muerte de la muerte. La especie humana posee 25.000 genes y la alteración de uno solo de ellos afectará a otros en una cadena estocástica casi infinita de interacciones en favor de los manifiestamente ‘mejorados’ en los que habría desaparecido la diversidad y la sorpresa de la vida.

Acabo de ser fusilado, otra vez plagiado, contento y feliz. Vivo tan retirado, que hasta me complace que de vez en cuando alguien me despoje de alguno de mis huesos enterrados y olvidados, es una manera de rescatarme del olvido y de la muerte. A estas alturas casi agradezco estos fusilamientos, pero háganlo bien, sin alevosa nocturnidad, no dejen todo profanado y lleno de huellas, citen y se acabó, nadie les va a cobrar nada, pero no modifiquen mi puntuación, dejen las comas en paz, ya pasé el estado de coma.

Se quedaba fuera en lugares solitarios; y aún así acudían a él de todas partes”

6. T.O. 2021 Mc 1,40-45

Jesús ha desencadenado un proceso de ruptura y nuevas relaciones sociales. En tiempos de Jesús existía pandemia generaliza, producida por el orden establecido religioso y político, que marginaba y excluía de la vida, que machacaba la dignidad de las personas…

Adictus fue el deudor insolvente que, por falta de pago, era entregado como esclavo a su acreedor​, y desde entonces, analógicamente, connota pérdida o disminución en la calidad de vida por no poder vivir libre sin el objeto de su adicción, lo mismo que los amos no podían vivir sin los esclavos, de los que dependían. El adicto necesita de forma permanente y compulsiva no solo consumo de cosas, de personas, sino incluso de sí mismo, a quien autoconsume y devasta. Su alegría está en su sufrimiento: que el suplicio pase hoy para reengancharse mañana al mismo suplicio.

5. T. O. 2021 Mc 1, 29-39

Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, se marchó a un lugar solitario, y allí se puso a orar”

No nos perdamos al acercarnos al Jesús histórico, porque no fue solo profeta, autor de parábolas, maestro de moral, guía de los que le seguían, sino un hombre de intensa experiencia de Dios.

No fue un hombre que se recluía para huir de los problemas que tenían sus contemporáneos, sino que se atreve a hablar sobre Dios, y más, en nombre suyo, como Hijo, y lo hace no distanciándose como un sabio lejos del pueblo, sino en cercanía; sabio sí, pero contracultural, porque lo hace desde “los descartados”, diría hoy el Papa Francisco. Empecemos, pues, por poner las cosas en claro: no se hizo pobre, lo era, no buscó a los pobres de forma artificial, formaba parte de ellos, y a esto le llevó su experiencia de Dios, a quien descubrió conforme al mensaje de las bienaventuranzas.

¿Estoy realizando el sentido que me pide la vida, o me estoy engañando? Reconocer que mi conciencia falible se equivoque exige humildad. Hay cuatro actitudes básicas: a) Pasividad incorrecta: sumisión a la enfermedad o situación (dejarse llevar por ella). Una forma mitigada es la actitud fatalista (“no se puede hacer nada”). b) Actividad incorrecta: intentar cambiar el “destino” (buscar algo imposible). c) Actividad correcta: aceptar el destino y encararlo dignamente. d) Pasividad correcta: aprender a ignorar el destino en lugar de luchar en vano con él.

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