Reflexiones desde un punto de vista personalista comunitario.

“El hombre, por su naturaleza es perverso. Todos los aparentemente no perversos serían un producto artificioso de educaciones y de influencias, no solo extrañas, sino contrarias a la naturaleza. Debajo del hombre artificial, domeñado por el maestro de escuela, como el león por el domador, estaría el hombre natural, la fiera. Y me figuro inmediatamente la contagiosa influencia de una fiera indómita en cada ciudad sobre otras domesticadas fieras que no tendrían al fin más domadores que ellas mismas”. De nuevo, veinticinco años después de su primer intento, no contentos con el coronavirus, vuelven a la carga los chinos con la fabricación del hombre-mono o monosabio híbrido de hombre y mono. ¿Quién habló de la imposibilidad de retroceder a las especies inferiores? Mejor monántropo que hombre degenerado, podría ser el nuevo lema. Tenemos como una añoranza de trepar a los árboles, añoranza de la especie, de retrogresión al pasado, pero también una tendencia a escapar por la puerta del futuro; en ambos casos, a escapar del presente. Añoramos el trepar, incluso el trepar de los trepas.

Los peores mitos son los que no saben que son mitos, por eso el mitómano llama mitómanos a todos los demás, lo cual ocurre en las mejores familias.

- Verdad exquisita, colega doctor. Entonces, ¿sería usted tan amable de decirme quiénes están fuera de todo mito?

- Los científicos, por supuesto.

5. Pascua 2021 B Jn 15,1-8

La bondad o la maldad de una conducta se calculan y se mide por los resultados que produce. La alegoría de la vid resalta la unidad de Jesús y sus seguidores. La vid, de cuyo cuidado está a cargo Dios, tiene una función: la limpieza y la poda. El fruto es la razón de nuestra propia existencia, y cuando esto no se da se produce la poda. ¿Qué fruto? Amar, el amor mutuo, el amor a los hermanos.

Las nuevas legiones irrumpieron en la aldea de Astérix y Obélix como Pedro por su casa. Venían frescos y alegres, porque les iban a nombrar generales antes de ser probados en ninguna batalla. No sabían mucho, seamos sinceros, valga como ejemplo el de aquel profesor de francés, de nombre Román, todo un modelo en el ahorro de esfuerzo durante su propia licenciatura, pues, aprovechando los aprobados generales por aquello de la indignidad del examen, acostumbró a su vez a decir chaqueté y mangué a sus entusiasmados alumnos, que descubrieron que hablaban francés sin saber que lo hablaban. Aquellos penenes fueron pioneros, nobleza obliga a reconocerlo, en el arte del discernimiento lúdico.

La política en muchísimos países se divide en dos tiempos, antes de las elecciones y después de las elecciones, antes para mentirte, y después para defraudarte, mi vida para vivirla junto a ti. Y en medio del antes y del después, lo de siempre. Cuando llegan las elecciones todo son erecciones, el homo sapiens retrograda al homo erectus. Parece como si en nuestra vida no tuviéramos nada mejor que hacer que introducir por una raja un bicho frío cada cuatro años, y mientras tanto coitus interruptus con la realidad. Tal como van las cosas, creo que nunca llegaré a saber por qué se desconfía tanto de los políticos, pero luego se pone tanto y tan circunflejo énfasis, como las cejas de Zapatero, en la papelera de las papeletas. ¿Será que los electores se mienten a sí mismos antes de votar, aunque siempre mantienen una sombra de duda respecto de sus elegidos?, ¿o será que se mienten después a sí mismos, tras la defraudación de la confianza por parte de sus partidos? No entiendo, de veras, el sentido del voto, luego existo, voto a bríos: parecía que íbamos ganando las derechas, pero henos ganado las izquierdas.

4. Pascua 2021 B Jn 10,11-18

Necesitamos acompañantes en el camino de la vida que ayuden a discernir (Pastores). Vivimos inmersos en una muchedumbre solitaria (lonely crowd).

Estamos celebrando la decisión libre y generosa de la entrega de Jesús, celebración de la Vida que brota del amor y la fidelidad. Seguimos a Jesús, muerto y resucitado, único Pastor, pero para hacer este seguimiento son necesarios acompañantes, guías lúcidos e ilustrados.

Jesús nos muestra, primero con su persona y con su palabra, la identidad de los buenos pastores: dan la vida por sus ovejas.

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