Reflexiones desde un punto de vista personalista comunitario.

Pluralia tantum: la locura se dice en singular pero sólo tiene plural. La locura son las locuras de quienes la padecen. Todas y cada una de ellas participan de la pérdida de sentido de la realidad.

La locura no es la pérdida del sentido común, porque el sentido común, como dijeran Pascal, o Gracián, es el menos común de los sentidos, lisa y llanamente no existe, hay en el sentido común menos comunidad de sentido que diferencias. No hay sentido común (qué ridícula me suena hoy la “filosofía del sentido común” de Jaime Balmes), cada cual tiene el suyo, que es diferente al de los demás. No hay dos existencias iguales aunque se trate de gemelos univitelinos.

Por lo general, dislocarse el cerebro está peor visto que dislocarse una pierna. Pero los hombres somos tan necesariamente locos, que sería otra especie de locura el pretender no serlo.

La esquizofrenia es la madre de todas las locuras; ella alberga el resto de las enfermedades mentales; de ellas, la paranoia es más dolorosa por lo destructivo de su relación.

Ascensión 2021 B Mc 16,15-20

En este tiempo de incertidumbre, oscuridad, con futuro incierto y desesperanza, afirmamos que tenemos fe en un futuro mejor, y por eso podemos vivir el presente intensamente. Estamos celebrando no sólo el futuro de Jesús, que ha sido exaltado junto al Padre, no sólo la plenitud de su vida, sino que en la suya está la nuestra. Dios ha creado una vida llena de sentido, por encima de cualquier limitación.

“Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada, pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros: que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa”1.

6. Pascua 2021 Jn 15,9-17

Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando […], os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros”

La amistad es el bien más precioso y raro. El amor es gratificante porque es libre. No se trata de creer, sino de experimentar: “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud”. Es experiencia de vida: aquel que no se experimenta amado, difícilmente puede amar. Las palabras de Jesús tienen una fuerza enorme por la conexión que existe entre amor y libertad. Sólo experimentamos la verdadera alegría y gozo por vivir cuando experimentamos que alguien nos ama sin verse forzado a ello, porque me quiere desde la más plena libertad. Esto es tan fantástico que se convierte por ello en la mayor fuente de alegría. Y no hay nada en el mundo que se le pueda comparar. El fracaso de una vida no está en tantas experiencias de las que hablamos en muchos campos de la existencia, que no han sido gratificantes…, nos confundimos, lo único que en la vida produce una alegría que no se puede comprar ni conseguir por el propio esfuerzo es la amistad. El que alguien me quiera desinteresadamente se convierte en fuente de autoestima, de gratitud y de seguridad.

Hasta donde alcanza el escaso conocimiento de mi propio árbol genealógico, yo me llamo Carlos Díaz Hernández Gómez Bonacasa, Santiago, Rodrigo, Marín, Rodrigo así que, cuando los Rodrigo comienzan a repetirse, comienzo también yo a perder interés por los huesos familiares que quedan más lejos, y a los cuales no alcanza mi olfato de galgo de caza. Además de eso, tampoco quiero retroceder más lejos hacia mis ancestros porque no estaría bien a estas alturas llevarme la desagradable sorpresa de que después de Rodrigo vengan los Rodriguez, que serían los hijos de Rodrigo, igual que Pérez los de Pero. Me desagradaría, pues, que, por pereza endogámica, los descendientes de los descendientes de mis progenitores se hubieran encasquillado en Rodriguez, Rodriguez y más Rodríguez, y así por los siglos de los siglos hasta Adán Rodríguez y Eva Rodríguez, hipótesis que bastaría para enemistarme con Darwin, que de ese modo también vendría a ser Darwin Rodríguez.

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