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Catecismo español - Carlos Díaz

España ha jugado siglos enteros fuera de juego su tiempo histórico, con monarquías de quita y pon, constituciones defendidas con fervorín por el cura Vinuesa, y coplillas populares como ésta:

«Dar audiencia al Liberal,
Tiranizar al Realista,
Abrir la puerta al sofista,
Encadenar la verdad;
Abatir la Majestad,
Valerse de la traición,
Queriendo en la confusión
Matar a nuestro Fernando,
Y tomar ellos el mando;
Esta es la Constitución».

Yo no sé qué les pasa a los españoles del uno y otro confín, empeñados los unos en situarse en una Ínsula de Anacronía al margen de la realidad, y los otros en una República de Metacronía que no es más que un cagadero público para el pueblo:

«Llamar al rey ciudadano,
Insultarle en sus bigotes,
Autorizar monigotes,
Lo sagrado hasta profano;
Seguir al Republicano,
Aumentar la confusión,
Prender ladrón al ladrón,
Encarecer las viandas,
Esta es la Constitución».

Corría el siglo XIX, era el 1821, y los pobres no tenían tampoco entonces otra Constitución que la Constitución de la recíproca Destitución. Un brigante napolitano aseguraba que la vida era imposible sin trabuco, y por mi parte me permito añadir, hocicando en la cloaca, a la que mansamente acuden con su voto de mantenimiento cuantos esperan taumatúrgicamente que esta vez sí abatiremos las castas y limpiaremos los fondos de reptiles del Estado con tan sólo agarrarnos a la coleta del nuevo Barón de Münchhausen parlamentario. Si cuando no podíamos ya trincábamos, que será cuando podamos.

Esta mañana he vuelto al mismo vómito al releer el Catecismo español de 1808, reeditado en 2020 para venir a decir lo mismo con jerga populista:

«Capítulo I. -Dime, hijo: ¿qué eres tú? -Soy español, por la gracia de Dios. -¿Qué quiere decir español? -Hombre de bien. -¿Cuántas obligaciones tiene un español? -Tres: ser cristiano y defender la patria y el rey. -¿Quién es nuestro rey? -Fernando VII. -¿Con qué ardor debe ser amado? -Con el más vivo y cual merecen sus virtudes y sus desgracias. -¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad? -El emperador de los franceses- -¿Quién es este hombre? -Un malvado, un ambicioso, principio de todos los males, fin de todos los bienes, y compuesto y depósito de todos los vicios. -¿Cuántas naturalezas tiene? -Dos: una diabólica y otra humana. -¿Cuántos emperadores hay? -Uno verdadero en tres personas engañosas. -¿Cuáles son? -Napoleón, Murat y Godoy.

»Capítulo II. -¿Qué son los franceses? -Antiguos cristianos y herejes modernos. -¿Quién los ha sometido a semejante esclavitud? La falsa filosofía y la corrupción de costumbres. -¿Cuándo se acabará su atroz despotismo. -Ya se halla cercano su fin1. -¿De dónde nos puede provenir esta esperanza? -De los esfuerzos que haga nuestra amada patria. -¿Qué es patria? -La reunión de muchos gobernados por un rey, según nuestras leyes. -¿Qué castigo merece un español que falte a sus justos deberes? -La infamia, la muerte material reservada al traidor y la muerte civil para sus descendientes.

»Capítulo III. -¿Es pecado asesinar a un francés? -No, padre, se hace una obra meritoria librando a la patria de estos violentos opresores.

»Capítulo IV. -¿Qué debemos hacer en el combate? -Aumentar la gloria de la nación, defender a nuestros hermanos, y salvar la patria. -¿Quiénes deben tomar las armas? -Todo el que pueda.

»Capítulo V. -¿Cuál debe ser la política de los españoles? -Las máximas de Jesucristo. -¿Cuáles son las de nuestros enemigos? -Las de Maquiavelo. -¿En qué consisten éstas? -En el egoísmo».

Moraleja popular en los albores del siglo XX:

«Mendizábal… ese hereje,
El que a los frailes echó
Quitándoles el sustento,
El que campanas a ciento
De las Torres derribó;
El que cerró las ermitas
Y mató de jambre a los curas,
El hombre que dejó a oscuras
A las ánimas benditas».

1 Tic tac, tic tac, ya se halla cercano el fin de la casta y la limpieza de la cloaca, braman los neoeclesiásticos del señor Iglesias.