COVID19: Toda la noche con el amén en la boca - Carlos Díaz

Este artículo es el resumen de una videoconferencia impartida por Carlos Díaz el 15 de abril. Puedes acceder a la grabación en este enlace.

1. Estrepitoso fracaso de las escuelas

No habíamos enseñado para la vida, sino para el currículo. No habíamos enseñado para la vida porque no habíamos enseñado a afrontar adecuadamente la muerte. La escuela no enseña a vivir ni a morir, por eso no es argumento pedagógico. Hasta que no lleguemos al fondo no tocaremos fondo.

 2. Vivir con paranoia el aliento de la hermana muerte, horror al morir

Doctor, ¿me voy a morir? ¿Morirme yo? ¡No joda, señor juez! ¡Ay, mamma mía! ¡Pero yo ignoraba que tenía que morir, eso se avisa antes! No sabíamos que íbamos a morir porque no sabíamos que lo esencial del vivir es aprender a caminar llevando con nosotros a la hermana muerte. Por favor, a mí no, yo pa ti no estoy, deme una prórroga, una segunda oportunidad, soy tan joven, me falta tanto por hacer, este no es mi domicilio, venga usted mañana y llévese a los demás. ¡Noooooo!

 3. Un momento, que la culpa no es mía

Pero, cabrones, sois vosotros quienes me habéis contagiado. Yo soy una víctima, no un victimador. Ese desgraciao / tiene aspecto / de habérmelo pegao. Eliminen al contagiador. Razonamiento por analogía: no cuelguen en mi percha el hambre de los demás, yo tengo en orden mi contabilidad, busquen en otra parte.

 4. Histeria sin historia

¡Pero esto no puede ser, algo así no se había visto jamás en la historia! ¡Es el fin de la globalización! ¡Es el fin del capitalismo infalible, el acabose del continuose del empezose! ¡Aquí hacen falta líderes, más y mejores líderes, que vengan los líderes ya! ¡Sin líderes moriremos todas y todos!

 5. Resistiremos

Pero somos progresistas, tenemos fe en el progreso, así que resistiremos, podremos con esto y con mucho más, preparémonos, hermanos y hermanas cruzadas, somos más listos que tú, apestosa muerte. La vacuna está al caer, ay de ti, Pelona. Vamos, sacando pecho para creerse las propias mentiras, como el Sastrecillo Valiente.

 6. Les aplaudo, luego estoy vivo.

Lágrimas de cocodrilo. Yo aplaudo a los héroes y a las heroínas que han muerto o van a morir por nosotros con sus batas llenas de jirones y sus mascarillas permeables. Hay que ser agradecido. Voz en off: ¿Les aplaudiríamos si costara dinero del propio bolsillo? ¿Estaríamos dispuestos a la solidaridad, que se manifiesta en la mutualidad y en la reciprocidad?

 7. Ansia de filosofía

Los filósofos bonitos son unos grandes actorazos. Tocan a rebato, se reúnen. Hay que pensar la megacrisis, tenemos que reunirnos los doctores en filosofía por si fallan los doctores en medicina, en pie de guerra la Docta Academia, académicos de todos los países, ¡únanse! Nos habíamos olvidado del sujeto empírico por culpa de la apercepción trascendental, pero volvamos a Descartes…

 8. Vacío existencial

A falta de masajes, los chats y los WhatsApp echan humo porque sólo son humo que humea. Tumbado en mi habitación se me pasa el tiempo. Hacer tiempo para pasar el tiempo. Va a ser que la chatarrería del Oriente no sirve, algo que los propios budistas ya sabían, pues no basta con respirar relajadamente, hay que relajar el alma para vivir como un mesías zen.

 9. Hedonismo

Los seres que gozan de buena salud no poseen la sensación de la muerte, así que los cocineros al poder. El nihilismo a la cocina. La vida podemos malbaratarla, exprimirla, reventarla, abusarla, pero lo importante es resarcirse culinariamente, si además se puede, aunque sea con enormes esfuerzos, mantener la línea.

 10. Microapocalipsis

El hecho de que yo el desesperado exista prueba que el mundo no tiene sentido. Yo soy siempre el Apocalipsis. Apocalipsis como creyente: no quiero ver a Dios tan pronto. Teísmo de los cobardes: El Estado me salvará, vendrá en mi auxilio, es mi Señor Deus ex machina, mi Pastor, nada me falta.