COVID19: Confinamiento poético - Antonio Calvo

Hoy no es un día cualquiera.
Hoy se celebra ese día, que nos recuerda,
que hoy puede ser un gran día.

Que 532 días de noche en un zulo
no es suficiente camisa de fuerza,
cuando hay un hombre enterrado, y encendido.

Diez días ya, sin paseos, ni riberas,
sin abrazar los amores que se me han quedado fuera,
sin rellenar los sentidos con la eterna primavera
que ha llegado, y siempre llega.

No, no es un día cualquiera, nunca lo es.
Aunque haga falta un zarpazo para sentir a la fiera,
para caer en la cuenta de que no hay dentro sin fuera,
Que un lugar nunca es pequeño,
si se transforma en hogar, con mucho empeño.

Hoy se celebra ese día, el de quien sabe mirar.
El de quien sabe que siempre se habita en la eternidad.
El que sentado en el miedo, es de esperanza capaz.
Hoy es tu día poeta, un día en que celebrar
que has hablado con la madre de vivir cómo acabar,
si por acaso la Parca se decide a visitar
ese trío que son uno y que pende de un azar.

El poeta es poesía cuando decide enfrentar,
cuando vence la pereza, y vence el miedo a volar,
cuando no hay confinamiento que lo pueda confinar.

Hoy puede ser un gran día, si tú decides cambiar.
Abriendo el balcón del alma, asomándote a mirar.
Viendo, por fin, sin mirar para otro lado,
lo que acostumbra a cegar.

Hoy es tu día, poeta,
mira de frente tanta hambre, no te dejes engañar.
Mira al rico y sus pobrezas, no te dejes engañar.
Al pobre con sus riquezas, no te dejes engañar.
Al simple, con sus simplezas, no te dejes engañar.

Con quien estoy confinado recrearé eternidad.
Besaré en ellas a la hija que no me quiere besar.
para que no se seque mi alma, en ellas la voy a amar.
Las cuidaré, para que siga entreabierta, y pueda aún respirar.
Las tres heridas del alma, esas son las que yo siento,
Me desgarro entre paredes, viendo su comportamiento.
Unos poniendo su vida, y nosotros los lamentos.

Es el hombre que ama quien hace la vida amable.
Porque era un hombre salió vivo de una noche interminable.
Porque era un hombre y el susurro de lo eterno alienta lo irrespirable.

Es amor quien se enamora en el polvo.
En esa tierra que somos, y que nos nombra.
Mientras respire un poeta, en él habrá poesía.
Mientras haya un dolor para un amante, habrá poesía.
Que tanto amor encubierto se despierte
todavía, con la herida de la muerte,
es algo que me asombra, y que nos nombra.

Antonio Calvo , Zaragoza a 21 de marzo del 2020