Pazciencia poética - Antonio Calvo

Quien añade conocimiento, añade sufrimiento, dice el sabio bíblico. Parece que es un hecho constatable que, quien más conoce, más compadece. Quizás también sea al revés, quien más compadece, más conoce. El conocimiento, sobre todo de las personas, va unido al amor con que se las mira y se las trata. Nadie conoce bien a quien no ama. Ni siquiera amando se puede conocer a una persona. La persona requiere de su propia revelación y de la confianza en ella de quien la escucha.

Pero, el amar conlleva la consecuencia de compadecer, y esto afecta al bien y al mal. ¡Bendito sea!

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